Esta semana, del viernes 24 al domingo 26 de octubre tendremos la fabulosa película española “Los Domingos”, de Alauda Ruiz de Azúa, la directora de 'Cinco lobitos' y 'Querer', Concha de Oro en el Festival de San Sebastián con esta historia de una adolescente que quiere convertirse en monja de clausura.
La cinta ha puesto de acuerdo a toda la crítica, que es casi un milagro, pero ha conseguido otro mucho más complicado: que creyentes y no creyentes se encuentren en una misma película que refleja con respeto y credibilidad la experiencia religiosa.
En la vida real, creyentes y ateos hablamos. Y es verdad que por la polarización quizás un poco menos, pero ateos y creyentes siguen trabajando y saliendo juntos, se prestan la sal, son vecinos y algunos, incluso, se casan. En el cine no pasa tanto…
La cineasta bilbaína ha contado un proceso de discernimiento religioso en la España del 2025 desde el asombro, la duda, la perplejidad… y el respeto. Que es, por otra parte, como se plantea casi todo el mundo este proceso. Cuenta Ruiz de Azúa que la película nació en su cabeza hace mucho tiempo, cuando conoció el caso de una chica que quería ingresar en un convento y la conmoción que esto creó en su familia. Una conmoción que afecta en la vida real, por supuesto, a las personas no creyentes que ven cómo una hija, un hermano o un amigo dejan todo por una especie de Alien, un amigo imaginario. Pero que también afecta a las personas creyentes que temen que esa hija, hermano o amiga se esté sugestionando, que alguien haya influido en ella e incluso que esté tirando por la borda una vida feliz al optar por otra llena de privaciones. Y es que una cosa es tener fe y otra tenerla tan fuerte como para creer que apostar por Dios, sin red, merece la pena. Lo complejo, además, es que quienes suelen tomar estas decisiones no son los señores o señoras octogenarios que acuden a diario a la iglesia, maduros, experimentados y no sugestionables, sino chavales o chavalas que bailan reguetón, estrenan la vida y se enamoran como se enamora la gente joven, apostando todo al mismo número.
La cineasta confiesa que, para documentarse, ha hablado con mucha gente que ha vivido este proceso, y se nota en la película. Es muy difícil, casi imposible, trasladar en imágenes el sentimiento religioso. Muy pocos cineastas lo han conseguido y Ruiz de Azúa lo hace. Sus personajes hablan del amor de Dios con convicción, y de temas espirituales con naturalidad, sin que rechine; y, lo que es más complicado, rezan sin resultar ridículos. Y todo esto lo logra gracias a un lenguaje cinematográfico de primer nivel, con una planificación milimetrada, con el cuidado de la luz, con un tratamiento de la música exquisito… y después de horas y horas –años– dándole vueltas al guion en su cabeza.
Ruiz de Azúa también cuenta la otra postura, en cierto modo la suya, y es aquí donde muestra, de nuevo, su honestidad como creadora. Porque, si introduce la duda en los motivos últimos del proceso vocacional y de quienes lo apoyan, se cuestiona también la actitud de quien, en aras de la libertad, y desde una óptica de cierta superioridad moral, no tolera lo que no comprende. La paradoja de quien, convencido de estar en el lado bueno de la historia, defiende con la misma visceralidad que un adolescente cambie de sexo –porque lo desea– y que no entre en un convento, aunque lo desee. Y aquí, de nuevo, entendemos también sus argumentos, las dudas, incluso la rabia y la impotencia de enfrentarse a algo que no se puede tocar como es la fe.
Los domingos confirma que Alauda Ruiz de Azúa es una directora de raza indómita por su sigilo y determinación a la hora de reflexionar sobre temas tabú y atreverse a mostrarlos de una forma tan áspera como profundamente reveladora. Ver Los domingos es como un acto de fe, no sabes cómo saldrás de la proyección, si fascinada o disgustada. Enorme cine.
Sinopsis:
Cuenta la historia de Ainara, una joven idealista y brillante de 17 años, ha de decidir qué carrera universitaria estudiará. O, al menos, eso espera su familia que haga. Sin embargo, la joven manifiesta que se siente cada vez más cerca de Dios y que se plantea abrazar la vida de monja de clausura. La noticia pilla por sorpresa a toda la familia provocando un abismo y una prueba de fuego para todos.
**** Atención: 115 minutos de duración **** 1 horas y 55 minutos...
** Calificación por edades: No R.men 16 años **
2025: Festival de San Sebastián: Ganadora de la Concha de Oro: Mejor Película.
Funciones
Viernes 26 - 19,30 h. y 21,45 h.
Sábado 27 - 17,00 h. y 21,45 h.
Domingo 28 - 19,30 h. y 21,45 h.
La critica ha dicho:
"Una película increíblemente bien planteada y ejecutada (...) exhala auténtico riesgo, sensibilidad, equilibrio e inteligencia (...) magnifica película" Oti Rodríguez Marchante: Diario ABC
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"Brillante (...) prodigio de cine sutil (...) la nueva propuesta de la directora, fiel a su ideario de cine transparente y emocionante hasta doler, otorga un relato que vibra en cada personaje, en cada plano, en cada desengaño (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" Luis Martínez: Diario El Mundo
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"Confirma que Ruiz de Azúa es una directora de raza indómita por su sigilo y determinación a la hora de reflexionar sobre temas tabú y atreverse a mostrarlos de una forma tan áspera como profundamente reveladora (...) Enorme cine (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" Beatriz Martínez: Fotogramas
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"Ruiz de Azúa infunde fe en el gran cine (...) una obra portentosa, inmensa, trasparente en su complejidad y gozosa en su dolor." Gregorio Belinchón: Diario El País
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"Una película mayéutica que nos alancea con interrogantes que no admiten respuestas sencillas y que colocan a la audiencia en un brete con respecto a sus propias creencias, sean estas las que sean (...) no se la pierdan" Enric Albero: El Español
No se la pierdan… Les dejamos un tráiler.
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